Ribadesella con niños. Entre el mar y la montaña.
Esta maravillosa localidad asturiana se encuentra en la costa occidental del principado. Situada a 61 km de Gijón, 79 de Oviedo y 119 de Santander. Si no tienes la suerte de estar allí disfrutando de un descanso, pero te encuentras en las cercanías de la localidad, hacer una visita a Ribadesella es ganarle un día a la vida.
La Playa de Santa Marina y la desembocadura del Sella
Por allí pasó el bloguero con sus dos niños y el abuelo de estos a finales del verano pasado. Y esto es lo que dio de sí la visita.
Una agradable jornada, un gran descubrimiento, un apetito magníficamente sofocado y un firme propósito de regreso.
El paseo comenzó por la playa de Santa Marina, lugar donde desemboca el rió Sella y dibuja una curva que penetra en el mar formando la Playa de Santa Marina.
Una magnifica playa para disfrutar de un baño si el clima lo permite, y en caso contrario hacer footing, surf ( a estos el clima no parece afectarles) o simplemente pasear.
La playa está flanqueada por el Monte Somos y el Monte Corberu en la otra orilla de la desembocadura del Sella. Este esta coronado por la Ermita de la Guía, que ofrece una de las mejores vistas de la zona, pudiendo divisar, playa, estuario y localidad al completo con el estupendo telón de fondo de los Picos de Europa.
Hasta aquí se accede por el llamado paseo de la Grúa (prohibido a los vehículos) que bordea la orilla del delta y en cuyo fin se encuentran unas escaleras que conducen a la Ermita de la Guía junto a cuya entrada se alinean tres cañones que miran al mar.
La playa cuanta con un kilómetro y medio de longitud y permaneció incomunicada por tierra hasta 1898 año de inauguración del puente metálico sobre la ría. Este acontecimiento transformo lo que hasta entonces era un humedal marítimo en el objeto de deseo de las clases acomodadas.
El legado de los Indianos
A finales del siglo XIX, lo de las vacaciones era cosa de ricos, y los ricos preferían el Norte. Ya a mediados del siglo XIX Isabel II veraneaba en San Sebastián, su nieto Alfonso XII opto por Santander, y nobles y potentados poblaron las costas del cantábrico de señoriales mansiones.
Esta moda en Asturias la acometieron los indianos, aquellos que emigraron a América y regresaron ricos de su aventura.
Indianos los hubo por toda la geografía española y en todas las regiones han dejado cierta impronta, tanto a nivel social, como el de su herencia arquitectónica. Pero sin desmerecer a otras construcciones creo que las casonas de indianos asturianas son los ejemplos más notables y numerosos de esta tipología de construcciones privadas. Algunas de las más notables se encuentra en Ribadesella y en Llanes.
Estas mansiones modernistas destacan claramente en el paseo que acompaña a la Playa de Santa Marina, proporcionando al lugar un aspecto señorial con aire retro, que dibuja una postal exquisita que ya quisieran gozar algunas playas mediterráneas. Aquellas a las que no acudieron indianos ricos sino pobres especuladores con ánimo de hacerse ricos.
Las Casonas de Indianos.
No voy a detenerme en muchas particularidades de esta bonitas mansiones, solo daré unas pinceladas de las más notables de la playa. Si el lector quiere una información más detallada cuenta con un buen blog al respecto .
Una de las más llamativas es Villa Rosario ya que su estado es impecable pues actualmente es un Hotel.
La suerte de las casonas de indianos es de lo más variopinta. Desde excelentes ejemplos de puesta en valor como el referido, hasta lamentables situaciones de ruina y abandono.
Villa Rosario se construyó en 1914 por orden de Antonio Quesada González, almacenista de tabaco en Cuba y cuyos descendientes andan por Miami. La casa con tonalidades azules y muy barroca en su decoración, destaca por su estilizada fachada y su torre, un elemento casi común e identificativo de las casonas de indianos.
A su lado se encuentra el chalet Antero Pietro que fue propiedad de los hermanos Uría Aza. Tres pintores de Ribadesella, que también son autores de las esculturas que pueblan los jardines de la casona.
La casa es de 1922 y sus actuales dueños son descendientes mexicanos. Otra curiosidad de la casa es su pista de tenis.

Pista de tenis y la inevitable palmera, recuerdo de las tierras tropicales que financiaron estas mansiones
Continuando el paseo hacia la desembocadura del Sella encontramos el Chalet Verde, este edificio perteneció a un matrimonio de Ribadesella que hizo fortuna en Cuba. Estos al no tener descendencia, dejaron como legado una fundación destinada a la ayuda a otras personas mediante la educación.
Mas información aquí.
Chalet Piñan, un albergue juvenil
El siguiente chalet tiene la fortuna, para él y sus inquilinos de ser uno de los establecimientos de la Red Asturiana de Albergues Juveniles. Se construyó en 1910 por un leones emigrado a Cuba, y esta era su elegante mansión de veraneo.
En 1945 se vendió y paso a manos de Falange Española. Cumplió funciones de residencia juvenil femenina. Al llegar la democracia entro en un periodo de abndono hasta que jóvenes de la localidad la “okuparon” y convirtieron en centro cultural. Finalmente el gobierno de Asturias la adquirió y transformo en uno de los cuatro albergues juveniles del principado. Con el nombre de Roberto Frassinelli. Este fue un bibliófilo, anticuario, naturalista, arqueólogo, cazador y montañero de origen alemán afincado en Corao, Cangas de Onís.
El albergue acoge desde hace más de diez años a jóvenes viajeros de todo el mundo en sus 44 plazas repartidas en 12 habitaciones.
Avanzando un poco más llegamos al Chalet del Llano construido en 1922, casa de verano de Miguel Ángel Llano de la Vega uno de los principales promotores del Descenso Internacional del Sella, el cual hizo fortuna en México.
El escenario de una de las principales pruebas de piragüismo del mundo
Llego la hora de pasar al municipio histórico, y lo hacemos por el puente sobre el Sella. Mientras lo hacemos no podemos dejar de recordar la más popular y famosa de las celebraciones de la localidad. El Descenso Internacional del Rio Sella que se realiza desde 1930 el primer Sábado de agosto posterior al día 2 de dicho mes. Y que abarrota el municipio para ver una de las más prestigiosas pruebas del piragüismo internacional.
Al poco de pasar el puente sobre el Sella encontramos tras una rotonda la oficina de turismo de la localidad.
El casco antiguo de Ribadesella
El casco antiguo de Ribadesella se alinea junto al rió con tres calles paralelas, la calle Marqueses de Arguelles, la Calle del Comercio, y la Gran Vía de Agustín Arguelles.
Restaurantes, tiendas de deliciosos productos de la tierra y otras de souvenirs más al uso, pueblan estas animadas calles.
Y si queremos explorar más a fondo la localidad. Desde la Plaza de la Reina María Cristina, donde se ubica la casa consistorial de la localidad, con su fachada del siglo XVI, siguiendo por la calle Infante accederemos a la calle Oscura. Rural pintoresca, relajante y desconocida por los “turistas”.
Comer en Ribadesella
Como todo buen paseo, este requiere la correspondiente reposición de calorías. Un recorrido por el centro te hace dudar, sobre donde saciar el apetito, no por falta de oferta sino por abundancia de la misma.
La excelente ubicación frente a la lonja de pescadores y la terraza, hacen que sea en la Sidrería El Tarteru donde recaiga la tarea de alimentar al bloguero, su padre y dos enanitos. Antes he comprobado que el menú incluye pitanzas adecuadas para los blogueritos. Estas son croquetas variadas, de jamón, chipirones, y cabrales. (estas últimas para los mayores) y adobo de pescado que les encanta.
Los que ya no son niños, se inclinan por los chipirones y langostinos a la plancha, con cerveza para uno y sidra para otro. Y todo por 61€.
Y un final «dulce».
Como la mama de los blogueritos se ha perdido este estupendo día en Ribadesella, habrá que compensarla de alguna manera.
Asi que nos diriguimos a la bombonería La Veguina, en la Travesia de la Iglesia una institución en Ribadesella.
Son capaces de hacer cualquier cosa que se te ocurra de chocolate. Huevos, espárragos, lechuga, boquerones, patatas fritas, fabes, anchoas, puros, móviles, iPad,s Play station, etc.
Y además aprovecharon el tirón mediático de la Princesa de Asturias, hoy Reina, la cual esta muy vinculada a la localidad de Ribadesella por ser nieta de riosellanos. Este hecho dio origen a unos exquisitos y conocidos bombones llamados Leticias de Ribadesella.
Y este fue el pequeño trocito de la agradable visita a tan acogedora villa que se llevó la mama de los blogueritos.
En el próximo nos acompañara, para así ganarle otro día a la vida.
2 comentarios
Que día mas bueno en Asturias, que suerte, cuando estuve en julio también nos hizo bueno y pudimos pasar un estupendo día en la playa de Perlora! por cierto, que playa es esta? me parece preciosa y para el año que viene pienso ir cargada con una lista de playas por visitar que siempre vamos a la misma y quiero conocer mas. Besos.
Hola Juan. Bienvenido a El Paso del Hombre. La Playa es la de Santa Marina, una de las mejores de la zona por su tamaño,. hay otra estupendas pero más pequeñas.