Olivenza y Elvas, un paseo por La Raya.
La localidad portuguesa de Elvas y la española de Olivenza son dos bonitas ciudades de La Raya, o frontera con Portugal en tierras de Extremadura. La primera es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y la segunda bien podría serlo, pues a mi gusto es bastante más bonita.
La vieja historia ha marcado a ambas con grandes fortalezas de frontera, y en el caso de Elvas su fuerte y sus defensas abaluartadas son de las mayores del mundo.
Que ver en Elvas.
Antigua Alpesa romana fue tomada a los musulmanes en 1166 por Alfonso VIII, pero los musulmanes la recuperaron y la conquista definitiva será a cargo de Sancho II de Portugal en el 1226.
Desde entonces se transformó en un gran puesto de defensa ante las incursiones españolas. Así fueron creándose anillos y complejos defensivos durante toda la Edad Media. Pero es la fortaleza del siglo XVII la que hoy podemos contemplar en mejor estado. Es uno de los mejores ejemplos de fortaleza holandesa del mundo. Se complementa con un castillo o fuerte poligonal del siglo XVIII.
Esta fortaleza pudo demostrar su valor cuando el ejército español sufrió un completo desastre en su intento de conquistar la ciudad en 1659, justo un año después de que los portugueses se hubieran estrellado contra Badajoz.
En el interior de la ciudad sus calles confluyen hacia la plaza de la Republica, el centro neurálgico de la ciudad, que ocupa la posición más alta.
Iglesia de Nossa Senhora da Praça
En esta plaza se ubica la antigua catedral, pues Elvas fue declarada sede obispal en 1571. Se trata de la Iglesia de Nossa Senhora da Praça, iniciada en 1517 y concluida en 1537. Es un edificio sólido, con una sola torre, tiene algo de fortaleza, como toda la ciudad. Ejerció como catedral desde la referida fecha de 1571 hasta 1881.
Su estilo era manuelino pero las sucesivas intervenciones apenas han dejado visible su origen arquitectónico, quedan sus puertas laterales, no así la principal que es un añadido neoclásico.
En el interior hay que destacar la capilla mayor de 1734 con gran profusión de mármoles, y el excelente órgano italiano construido entre 1762 y 1777.
El Largo de santa Clara y la Iglesia de la consolación.
Subiendo por la calle a la derecha de la Iglesia llegamos a uno de los rincones más bonitos de la ciudad, el Largo de Santa Clara donde se aprecia una picota de estilo manuelino símbolo del poder municipal. Esta se conoce como Pelourinho, y algo más arriba esta la Porta do Templo o Dos santos que perteneció a la antigua fortaleza árabe.
En la misma plaza se halla una de las más interesantes visitas, la Iglesia de la Consolación o ‹‹Capilla de los Afligidos››.
Data del siglo XVI y era parte de un convento de dominicas. Su planta es octogonal y destaca sobre todo por su decoración en azulejos de influencia andalusí y las ocho columnas rosas que sostienen la cúpula.
Acueducto de Amoreira.
A las afueras de Elvas además de su castillo dieciochesco, llama la atención una gran obra de ingeniería, el acueducto de Amoreira de 7 kilómetros de largo con 843 arcos y una altura de 31 metros en su punto más alto. Es de 1652.
Que ver en Olivenza.
Cruzando el Guadiana, llegamos a Olivenza, esta no es Patrimonio de la Humanidad, pero sus encaladas calles, bulevares, sus “pasos” (pequeños altares, con azulejos azules), terrazas, y puertas manuelinas hacen de Olivenza una población absolutamente deliciosa.
Algo de historia.
Olivenza ha cambiado de manos en varias ocasiones. Cuando Alfonso IX conquisto Badajoz en 1230 recompenso a los templarios por su ayuda con los enclaves de Burgillos y Alconchel y estos crearon la encomienda de Oli-ventia, donde edificaron un castillo.
Alfonso X expulso a los templarios y Fernando IV cedió la plaza a Don Dionisio I de Portugal mediante el Tratado de Alcañices de 1297.
Es durante el periodo portugués cuando la villa alcanza su esplendor, y la mayor parte de su patrimonio monumental pertenece a este periodo.
La villa amplia el antiguo castillo templario, y con Manuel I se construirían sus principales monumentos como la Iglesia de la Magdalena, las Casas Consistoriales y el gran Puente fortificado de Ayuda, con 19 arcos y 450 metros. Hoy se conserva parcialmente después de que los ejércitos borbónicos lo volaran en 1709 durante la Guerra de Sucesión española.
Durante la Guerra de Independencia de Portugal los españoles tomaron la plaza en 1657, pero el tratado de paz de 1668 obligó a devolverla a Portugal.
A partir de ese momento la mayoría del patrimonio histórico de la ciudad es más de naturaleza militar que religiosa o civil, como es la anterior a 1657.
No solo por su gran perímetro abaluartado, sino por la gran cantidad de edificios destinados a cuarteles, establos, polvorines, arsenales, etc, que hoy en día han sido transformados en equipamientos municipales.
A pesar de todo, los portugueses perdieron Olivenza durante la surrealista Guerra de las Naranjas de 1801. Esta sirvió para que Godoy se hiciera pintar como Gran General, después del breve y sencillo cerco de Olivenza.
Eso sí, Goya, como en él era habitual, no tuvo piedad a la hora de plasmar la presuntuosidad del advenedizo.
Desde entonces Olivenza es ciudad española.
Iglesia de Santa María del Castillo.
Construida sobre su precedente medieval entre 1584 y 1627, al igual que la de Elvas tiene una torre-fachada con una bonita portada coronada por un rosetón.
Su interior es de planta de salón ya que las tres naves tienen la misma altura. Tiene una decoración sobria si exeptuamos los azulejos del siglo XVII y XVIII.
Pero de todos los elementos decorativos el más llamativo es sin duda el Árbol de Jesse, representación del árbol genealógico de Cristo. Se halla en el lado del evangelio y es uno de los mejores que existen con este motivo iconográfico.
Sus raíces surgen del cuerpo de Jesse, padre de David, y sus seis ramas sostienen a los doce reyes de la casa de Judá, mientras que la copa, sustenta una mandorla con la virgen y el niño.
La Iglesia de la Magdalena
Gran Iglesia de estilo manuelino edificada como templo para los obispos de Ceuta, ya que estos pájaros ejercían su labor apostólica a unos cientos de kilómetros de su sede norteafricana. El primero de ellos, Don Enrique de Coimbra, enterrado en la Iglesia fue confesor de Manuel I y primer religioso en oficiar misa en Brasil.
La ornamentada iglesia requirió de un impuesto especial sobre el pescado, la carne y el aceite.
La Iglesia presenta almenas, gárgolas, pináculos y motivos marineros, muy emparentados con las obras del monasterio de los Jerónimos, por lo que se atribuyen al francés Nicolás de Chanterenne.
El interior del templo es más grande de lo que aparenta, tres grandes naves sostenidas por ocho columnas salomónicas crean un ambiente sensual y acogedor. Como en toda Olivenza, los azulejos son un motivo decorativo muy utilizado.
Los Pasos de Olivenza.
Los pasos son otra herencia portuguesa, esta del siglo XVII, son pequeños altares diseminados por la ciudad como parte de una Via Sacra, que el “Domingo de Pasos” (Domingo de Pasión) son recorridos por el Señor de los Pasos, un nazareno ubicado en la iglesia de Santa María Magdalena
Las casas consistoriales.
Este edificio es el icono de Olivenza gracias a su portada manuelina.
Aunque le llaman Palacio de los Duque de Cadaval, nunca fue tal cosa, sino Casa de Cámara, debido a que los Duques de Cadaval fueron alcaldes de Olivenza.
El edificio tenía varios escudos de Portugal que fueron borrados en 1845.
Su famosa puerta manuelina es un ejemplo canónico de este estilo portugués, arco polilobulado, decoración profusa de tipo vegetal y esferas armilares alusivas a las conquistas marítimas de Portugal. En el centro destacan las armas de Portugal, y el escudo de Olivenza, todo ello rematado por una cruz.
Una última herencia portuguesa. El Bacalao.
El Bacalao es el plato nacional de Portugal, y en Olivenza podemos disfrutar de una excelente modalidad, el Bacalao a la Dorada, un exquisito revuelto.
Ruta entre Elvas y Olivenza