La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Duratón. Segovia.
Ya hemos visitado Sepúlveda y el Parque Natural de las Hoces de Río Duratón, principales reclamos de la comarca. Pero si el viajero se siente cautivado por la sobria belleza del románico, a tan solo 7 km de Sepúlveda se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Un magnífico ejemplo de románico y sobretodo un excelente pórtico o porche. El mejor de la provincia y uno de los más destacados de España.
Llegar a la Iglesia románica de Duratón.
Lo normal es aproximarse a Sepúlveda por la SG-234. Pues bien, antes de la localidad de El Olmo sin abandonar esta carretera, hemos de girar a la izquierda y avanzar 2.3 km al pueblo de Duratón. Una vez en el pueblo la iglesia está a 600 metros a las afueras, por un camino indicado como “de la Iglesia”.
Si estamos atentos puede que antes de llegar veamos restos de la romana confluentia («ciudad ubicada en la confluencia de ríos y/o caminos»). Y algunos de los 666 sarcófagos de la Necrópolis visigoda del lugar, en los que se hallaron abundante y valioso ajuar germánico.
Según la hora, puede andar por allí el párroco o el encargado de la llave, en caso contrario preguntando a cualquier vecino, nos indicara donde encontrar al San Pedro de guardia.
En nuestro caso apareció unos diez minutos después de que llegáramos a las inmediaciones de la Iglesia. Por lo visto algunos vecinos le informaron que un coche con forasteros andaba merodeando por allí.
La parroquia de Duraton
Estos territorios fueron repoblados por manos privadas o monjes con la protección de una serie de fueros y privilegios para fomentar la labor repobladora. A Sepúlveda se le asignó un alfoz para que fuera repoblado por gente libre a cambio de cultivarlo y defenderlo. Asi surgen las parroquias que actuaban como vertebrador social del ámbito más rural del concejo.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Uno de los principales atractivos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es que conserva su estructura original casi intacta. Tiene una sola nave con ábside de tres ventanas con columnas adosadas típicamente románicas. El ábside se cubre con bóveda de crucería mientras que el techo lo hace con artesonado.
Algo que se esta haciendo con muy buen criterio en muchas iglesias románicas, es retirar los churriguerescos retablos dieciochescos que cubrían sus ábsides. Así se puede contemplar la estructura absidial tal como fue concebida. Esto ha deparado agradables sorpresas como la de la Iglesia de Santiago en Turegano. Aquí se ha hecho lo mismo, colocando el retablo de madera en un lateral del templo y recuperando todo el esplendor del ábside original.
La galería porticada de la iglesia de Duratón.
Añadida con posterioridad, es el elemento más notable y solo por ver el pórtico merece la visita. Tiene diez arcos y dos puertas, sus esculturas en ábacos, capiteles y arcos delatan la presencia de maestros de primer nivel.
La entrada principal en paralelo a la nave tiene una puerta con arcos lobulados que recuerda a la de la cripta del Museo de los Fueros de Sepúlveda. Los arcos lobulados testifican la presencia de trabajadores mudéjares.
El pórtico esta recorrido por una bella cenefa con canecillos y metopas esculpidas. En las mismas se representan temas agrícolas y de tareas del campo. Algo muy común en un arte de naturaleza rural como es el románico.
La otra puerta es la oriental que cuenta con tres arquivoltas decoradas con motivos geométricos y con dos columnas con capitel.
Los capiteles de Duratón.
Los capiteles son auténticas obras maestras del románico. Destraca el capitel del Nacimiento de Jesús.
La Virgen se encuentra en actitud parturienta acompañada de dos parteras, una fórmula que reivindica la virginidad de la Virgen y el hecho de que Cristo nace como hombre. Al lado aparece el niño en un pesebre y las cabezas del buey y la mula. La escena la coronan dos ángeles turiferarios.
La riqueza iconográfica del pórtico serviría para qué un catedrático de arte medieval desarrollara una tesis. A los ciclos de la Natividad y la Epifanía, se le suman animales fantásticos, machos cabríos y todo un bestiario. Un programa destinado a conocer el camino del bien, diferenciarlo del mal y obtener la salvación.
El viajeroa al menos obtiene la satisfacción de descubrir el encanto de esos pequeños lugares alejados de las rutas principales y menos publicitados. Lugares que encierran pequeños tesoros de incalculable valor en medio de un bello paraje.