La Dehesa Extremeña, un paisaje prehistorico.
La dehesa extremeña es un paisaje de infinita belleza, y uno de los mejores ejemplos de ecosistema sostenible. Pues su existencia no es obra exclusiva de la naturaleza.
Aquí El Paso del Hombre es fundamental para su formación conservación y pervivencia.
Además la huella del hombre se manifiesta en forma de restos neolíticos, calcolíticos y periodos del bronce y hierro con abundantes dolmenes y pinturas rupestres.
El origen de la dehesa.
La dehesa extremeña originariamente es un bosque de encinas y alcornoques, en los que la acción humana va a crear claros con el fin de emplearlos como pastizales para un ganado de carácter trashumante. Una acción que se inicia en las sociedades neolíticas y va a tener luego una continuación en la Edad Media, con la trashumancia propia del Concejo de la Mesta.
Durante el periodo romano parece que fueron grandes extensiones latifundistas de la clase senatorial y la ecuestre. Propiedades que pasarían en al Edad Media a las ordenes militares y los nobles.
Los territorios que componen la dehesa históricamente fueron pobres desde el punto de vista industrial y el agrario, lo cual favoreció su conformación latifundista, (de manos muertas) y la vinculación a la ganadería.
El paisaje de la Dehesa Extremeña.
La dehesa extremeña es un paisaje semi-natural, donde la presencia de claros favorece un arbolado más robusto y sano, y a su vez la hierba es de mejor calidad gracias a la mayor radiación que proporcionan estos claros y la eliminación de especies arbustivas.
Esta maravilla tiene precisamente en su origen, su talón de Aquiles, es decir la intervención humana.
Paradójicamente aquí el peligro no es que el hombre intervenga, sino que no lo haga.
El fin de la trashumancia, y la desaparición de las Cañadas Reales de La Mesta, es la mayor y más seria amenaza para este idílico paisaje.
Encinas y alcornoques son los protagonistas de este paisaje, aunque también abundan enebros, acebuche, roble melojo y algarrobo.
La dehesa y el neolítico.
La milenaria creación de este paisaje y su explotación fueron las causas probables de un sistema social y económico estable, que propicio el desarrollo de construcciones y otras manifestaciones de los pobladores de la zona. Este entorno proporcionaba al hombre la mayoría de sus necesidades básicas, permitiendo así un desarrollo de los cultivos sin grandes inversiones debido a la abundancia de recursos.
Pasear por la dehesa extremeña.
Pero conocer o no lo dicho hasta ahora, no es requisito para pasear por un paraje que parece que la naturaleza creo solo con ese fin.
La belleza de la Dehesa contenta al que le gusta el bosque y al que le gusta el llano.
La dehesa es la sabana española, gamos, corzos y ciervos pueden avistarse en algunas zonas, además de numerosa fauna menor y gran variedad de aves.
Sin olvidar los animales domésticos, abundante ganado vacuno, entre el que destaca la vaca retinta, muy apreciada por su carne.
Si en la sabana africana el León es el Rey, aquí lo es el cerdo ibérico, pues de él saldrá el oro de la dehesa, o sea el jamón ibérico.
El Paso del Hombre en la Dehesa extremeña.
Muchos y variados son los restos antrópicos anteriores a la llegada de los romanos en este rincón de la península, y los dólmenes menhires, pinturas, estelas y otros restos se cuentan por centenares. Vamos a acercarnos a tres de los más notables.
Pinturas rupestres del Risco de San Blas.
Se trata de un gran peñasco a las afueras de Alburquerque, este risco se halla coronado por una cruz de granito, y es uno de los abrigos con pintura rupestre que primero se estudió en la península ibérica. De hecho fueron estudiadas por el etnólogo francés Henri Breuil, uno de los grandes nombres de la historia de la antropología.
Son pinturas rupestres de más de 5000 años de antigüedad, pintadas con oxido de hierro, mediante algún instrumento como pluma o ramas.
Se accede tras una empinada pero breve cuesta que conduce a una rampa situada frente a la principal concentración de pinturas rupestres.
Afortunadamente cuenta con un panel explicativo que ayuda a identificar y comprender las pinturas. Muy útil pues la visibilidad es más bien reducida, en parte por la erosión y el paso del tiempo, pero también por el vandalismo.
Las pinturas representan a grupos tribales que en total suman unos 65 individuos entre hombre, mujeres y algún animal no identificado. Aun siendo de estilo esquemático hay ciertas concesiones al naturalismo como son los tocados de las figuras principales, posiblemente jefes de clanes.
Si alguien no le gusta ver estos grafitis prehistóricos puede girar 180 grados y contemplar un gran paisaje, se trata del valle que conforman los ríos Guadarranque y Gévora, cerrado en el norte por la sierra de San Pedro
El Dolmen del mellizo.
Ahora nos movemos un poquito hacia el norte, hacia Alcántara, allí en la oficina de turismo nos podrán dar toda la información necesaria para hacer la ruta de los dólmenes.
Esto permitirá disfrutar de un espléndido paseo por la dehesa al tiempo que descubrimos entre la vegetación estos testigos funerarios de los hombre del neolítico.
Entre ellos sobresale el llamado dolmen del mellizo, algo más grande que otros de la ruta y con el valor añadido de conservar su cubierta y parte de la puerta.
No es fácil encontrar los dólmenes, desde Valencia de Alcántara hay que dirigirse al poblado conocido como Aceña de la Borrega, y allí tomar el camino de la Data, el dolmen quedara a unos 60 metros a nuestra derecha, y será más fácil de ver, en función de lo frondosa que sea la vegetación en la epoca de nuestra visita.
Si tenemos tiempo podemos seguir con el agradable paseo pues en esta zona existen más de treinta dólmenes, de un conjunto que originalmente lego a tener más de cincuenta, y por lo cual aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
El dolmen de Lácara
Este dolmen ya son palabras mayores, es un gran sepulcro de corredor del periodo neolítico con casi 4000 años de antigüedad. Su estado de conservación es francamente aceptable.
Los estudios realizados demuestran que siguió empleándose como sepulcro durante el calcolítico y la Edad del Bronce, por lo que fue una edificación útil casi durante dos mil años.
Este dolmen está a 24 kilómetros al norte de Mérida, entre Aljucén y La Nava de Santiago, de hecho casi a la misma distancia de uno que de otro. Hay un cartel que señaliza el lugar, allí se puede aparcar e iniciar un paseo de algo menos de un kilómetro por un precioso paraje de la dehesa.
No tendremos dificultad en encontrar este panteón neolítico.
La construcción cuenta con un largo pasillo cubierto en su mayor parte. La gran cámara mortuoria, no tiene cubierta, la cual debió situarse a cinco metros de altura.
Es un monumento espectacular y que en su momento debió requerir un gran esfuerzo económico, material y humano que exigió implicar de una u otra forma a todos los habitantes de la zona
Y para alojarse, los chozos.
Los chozos son unas construcciones típicas de Extremadura, es la vivienda del campesino y el pastor, su origen se remonta a los celtas. Se construían con adobe, ramajes. Hoy van, desde los ejemplos bien conservados hasta otros en franca ruina.
Sin embargo la industria del turismo ha recuperado la idea para construir nuevos chozos adaptados a las necesidades del turismo rural actual. Es decir, con baños, etc, incluso con cocina para usarse como apartamentos rurales. Son una estupenda manera de alojarse para aquellos que deseen explorar la dehesa extremeña.
Dos de estos establecimientos son los Chozos de la Roca junto a la localidad de Roca de la Sierra y el Cortijo los Cantos, a las afueras de Alburquerque. Ambos se encuentran en preciosos parajes de Dehesa Extremeña, y en el segundo ejemplo además cuenta con un excelente restaurante.
Direciones
Chozos de la Roca
Ctra. EX-214
km 31,5 De la Roca de la Sierra a la Nava de Santiago.
06190 La Roca de la Sierra.
Badajoz, EspañaCortijo los Cantos
Desde Alburquerque, a 10 km, en dirección Ctra Pantano Pena del Aguila, 06510 Alburquerque, España
En resumen unas escasas razones entre otras decenas que podrían añadirse para visitar una maravilla natural como es la Dehesa Extremeña.